Tuesday, October 8, 2024

El amoníaco en la promoción del crecimiento del cáncer

El amoníaco (NH3) está compuesto por un átomo de nitrógeno y tres átomos de hidrógeno, mientras que el ion amonio (NH4) contiene un átomo de nitrógeno y cuatro átomos de hidrógeno.

El amoníaco desempeña un papel clave tanto en los procesos naturales como en la fisiología humana. Si bien el amoníaco existe naturalmente en pequeñas cantidades en la atmósfera y es una parte integral del ciclo del nitrógeno, también se produce dentro de los organismos vivos como un subproducto del metabolismo. En los humanos, el amoníaco es tóxico y corrosivo, y su acumulación puede tener importantes consecuencias patológicas. Una de las áreas de preocupación es el papel que desempeña el amoníaco en la promoción del crecimiento del cáncer, la alteración de las vías metabólicas y su contribución a condiciones como la caquexia. La participación del amoníaco en la progresión del cáncer es compleja, ya que influye en las vías de señalización celular, la angiogénesis, la reprogramación metabólica, la oxigenación de los tejidos y el equilibrio de nutrientes y enzimas celulares.

NH3

Amoníaco y vías de señalización celular

Se ha demostrado que el amoníaco activa múltiples vías involucradas en la proliferación y supervivencia celular, como las vías de la proteína quinasa activada por mitógenos (MAPK) y la fosfatidilinositol 3-quinasa (PI3K)/Akt. La vía MAPK regula procesos como el crecimiento celular, la proliferación, la diferenciación y la apoptosis. Cuando el amoníaco activa esta vía, puede fomentar la proliferación celular anormal, una característica distintiva del cáncer. De manera similar, la vía PI3K/Akt desempeña un papel crucial en la promoción de la supervivencia y el crecimiento celular, y la activación de esta vía por el amoníaco puede intensificar los comportamientos cancerosos en las células.

Angiogénesis inducida por amoníaco

La angiogénesis, o formación de nuevos vasos sanguíneos, es crucial para el crecimiento tumoral, ya que asegura un suministro adecuado de oxígeno y nutrientes a la masa tumoral en rápida expansión. El amoníaco desempeña un papel en la promoción de la angiogénesis a través de su efecto en la vía PI3K/Akt, que incrementa la expresión de factores angiogénicos como el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF). La sobreexpresión de VEGF conduce a la formación de nuevos vasos sanguíneos, que apoyan la expansión del tumor y facilitan la metástasis.

Disrupciones metabólicas causadas por el amoníaco

El amoníaco puede interferir con vías metabólicas clave en el cuerpo, incluyendo la formación de fenilacetato (PA) y fenilacetilglutamina (PAG), ambos involucrados en la desintoxicación de nitrógeno y el metabolismo de los aminoácidos. El amoníaco compite con la fenilalanina por las enzimas que forman PA y PAG, reduciendo su producción y elevando los niveles de fenilalanina, una característica que a menudo se observa en pacientes con cáncer. Esta disrupción metabólica agrega otra capa de complejidad al papel del amoníaco en el cáncer, ya que el desequilibrio de compuestos nitrogenados puede promover el crecimiento tumoral.

Impacto en la respiración celular

El Dr. Max Gerson propuso que las células cancerosas contienen un desequilibrio de sodio y potasio, con demasiado sodio y muy poco potasio dentro de las células. Este desequilibrio, según Gerson, era un factor fundamental en el desarrollo del cáncer. Si bien las teorías de Gerson siguen siendo controvertidas, existe la posibilidad de que el amoníaco desplace el potasio de las células, lo que posiblemente afecte la respiración celular y empuje a las células hacia la glucólisis, una característica metabólica del cáncer. Las células cancerosas a menudo dependen de la glucólisis en lugar de la fosforilación oxidativa para la producción de energía, un fenómeno conocido como el efecto Warburg, y el amoníaco puede contribuir a este cambio metabólico al reducir la respiración celular.

Papel del amoníaco en el metabolismo de lípidos y el crecimiento tumoral

El amoníaco también influye en el metabolismo de los lípidos, lo cual es vital para la proliferación de las células cancerosas. Las células cancerosas requieren altos niveles de síntesis y absorción de lípidos para mantener su rápida división. Un mecanismo por el cual el amoníaco apoya este requisito es a través de su activación de las proteínas de unión a elementos reguladores de esteroles (SREBPs), que están involucradas en la reprogramación de lípidos. El amoníaco liberado del metabolismo de la glutamina puede activar la proteína activadora de escisión de SREBP regulada por glucosa (SCAP), lo que conduce a la activación de SREBP1 y promueve la lipogénesis y la adipogénesis. Esta reprogramación metabólica respalda el crecimiento tumoral al asegurar un suministro adecuado de lípidos para la formación de membranas y otros procesos biosintéticos necesarios para la proliferación de células cancerosas.

Amoníaco e hipoxia inducida por factores (HIFs)

Otra forma significativa en que el amoníaco afecta la progresión del cáncer es a través de su interacción con los iones de cobre (Cu) y la estabilización de los factores inducibles por hipoxia (HIFs). En las células sanas, los HIFs se degradan en condiciones normales de oxígeno. Sin embargo, el amoníaco puede causar que el cobre se disocie, y este cobre no unido inhibe la actividad de las enzimas que degradan los HIFs. Como resultado, el HIF-α se estabiliza incluso en condiciones de normoxia (suministro adecuado de oxígeno), lo que le permite translocarse al núcleo y dimerizarse con HIF-β. Esta dimerización conduce a la activación de genes involucrados en la angiogénesis, el metabolismo y la adaptación a la hipoxia, promoviendo aún más el crecimiento del cáncer.

Hipoxia tisular inducida por amoníaco

La acumulación de amoníaco también puede inducir hipoxia tisular al alterar la curva de disociación de oxígeno-hemoglobina, lo que dificulta que el oxígeno se libere de la hemoglobina en los tejidos. Esto da como resultado una disminución de la disponibilidad de oxígeno en los tejidos, lo que es otro factor que puede potenciar la supervivencia y agresividad del tumor. La hipoxia es un impulsor conocido de la progresión del cáncer, ya que fomenta la angiogénesis, promueve los cambios metabólicos que favorecen la glucólisis y permite la supervivencia de las células cancerosas en condiciones difíciles.

Efectos del amoníaco sobre la actividad enzimática y el estrés oxidativo

El amoníaco puede inhibir la actividad de la alcohol deshidrogenasa (ADH), particularmente de isoenzimas como la ADH II y ADH III. La ADH II está involucrada en la biosíntesis del ácido retinoico, un compuesto crucial para regular el crecimiento y la diferenciación celular. La actividad reducida de la ADH II puede llevar a un déficit de ácido retinoico, lo que puede contribuir al desarrollo del cáncer. Además, la reducción de la actividad de ADH III puede agotar el glutatión, un importante antioxidante en las células. Esta depleción inicia el estrés oxidativo, lo que favorece la progresión del cáncer. El estrés oxidativo inducido por el amoníaco puede dañar componentes celulares, incluidos el ADN, proteínas y lípidos, lo que puede desencadenar mutaciones y promover la transformación de células normales en células cancerosas.

Amoníaco y caquexia

La caquexia, o desgaste muscular, es una condición común y debilitante asociada con el cáncer. Se caracteriza por la pérdida de masa muscular esquelética y función, lo que contribuye a la debilidad general y el deterioro de los pacientes con cáncer avanzado. El amoníaco se ha relacionado con la caquexia a través de su efecto en la expresión de la miostatina, una proteína que inhibe el crecimiento muscular. Los niveles elevados de amoníaco pueden aumentar la expresión de miostatina, lo que lleva a la degradación del tejido muscular y exacerba el desgaste muscular observado en pacientes con cáncer. La caquexia no solo reduce la calidad de vida de los pacientes, sino que también complica el tratamiento del cáncer, lo que dificulta que los pacientes toleren terapias agresivas.

En resumen, el amoníaco desempeña un papel multifacético en la progresión del cáncer. Sus efectos sobre las vías de señalización celular, la angiogénesis, el metabolismo y la oxigenación de los tejidos contribuyen al crecimiento y la diseminación del tumor. La capacidad del amoníaco para interferir con las vías metabólicas, desestabilizar enzimas clave y promover el estrés oxidativo subraya aún más su importancia en la biología del cáncer. 


Los Mecanismos del Amoníaco en el Cáncer



Teoría: el cáncer parece ser una alteración metabólica y el amoníaco su catalizador


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